Hay una sola persona que podría cambiar mi mundo con un solo gesto, o mirada; eso es completamente loco de decir si me conoces de manera profunda. Para que te des una idea, soy una persona que en su vida tuvo pensado depender de otra manera, de ninguna manera ni en ninguna situación.
Pero un día corriente, demasiado tal vez, conocí sin quererlo así, a un chico. Era hermoso, intocable ante a algún defecto, tenía un brillo en los ojos que demostraba que de diez palabras que salieran de sus labios, once no debían ser tomadas enserio, y una actitud tan determinada que seduciría a cualquier mujer.
Las noches de verano que lloré por ese hombre, son incontables; a veces pienso que lo amo con tanta devoción que tendría que ser un crimen o algo que premiar, es un sentimiento que se forma como el humo de un cigarrillo que se empieza, y el hilo de esa bruma llega a convertirse en una ola en lo más profundo del océano, que azota cada vez con más fuerza con intenciones de que, en algún momento, sus aguas lleguen a la playa.
Y aunque nos unen más de una cosa, lo más importante es que lo amo como nunca amé a otra persona en esta tierra, hay millones de porqués, pero principalmente por ser diferentemente similar a mi, y aceptarme así de estúpida que soy.
Ahora, el hecho de pensar en toda una vida de nimias acciones suyas que se van a relacionar y/o repercutir en mi de una manera directa me hace sonreír, porque sé que va a seguir reproduciendolas de la misma forma hermosa que lo hace ahora.

No hay comentarios:
Publicar un comentario